¿Desde el principio hasta… cuándo las rupturas suponen un rompecabezas difícil de resolver?

La cosa se complica incluso más en las familias ensambladas cuando se generan momentos de crispación en los que la cantidad de opiniones se multiplica de manera exponencial. Tenemos la opinión del padre por ser padre, la opinión de la madre por ser la madre, la opinión del que no es el padre pero ejerce de padre o la de madre que ejerce de madre pero que tampoco es la madre. Y qué decir de las opiniones del ex y la ex, que siempre sobrevuelan como drones, tanto si lo llevan bien como si lo llevan fatal. Se generan situaciones cómicas/dramáticas/surrealistas con múltiples lecturas y verdades, la que cada miembro siente y vive.

Estos días que vienen serán, en mayor o menor medida, revoltosos para unos y otros. No importa si estás casado, juntado o ensamblado en otra familia. La cotidianidad supera muchas veces la ficción y los retos siempre están, siempre, ahí agazapados, observando cómo estamos muchas veces a puntiiiiito de meter la pata. Cualquier familia funciona bien y también mal, según cómo se mire, no hay que detenerse en ser perfecto ni por supuesto tener niños perfectos. Con coherencia, sentido común y cariño es más que suficiente. Si nos enfocamos en conseguir formar buenas personas ya vamos bien, no nos pasemos en pedir a Papa Nöel.

En fin, que os deseo unas Navidades felices solos, acompañados, revueltos o ensamblados. 

P.D. No os perdáis la serie sueca de Netflix “Bonus Family” donde se muestran multiples situaciones de una familia “ensamblada”, “reconstruida”  o “reconstituida”, algo que cada vez nos resulta más “familiar” hoy en día. Muchos os daréis cuenta que no lo estáis haciendo tan mal.