Las herencias, vulgarmente hablando, pueden ser de distintos tipos. Heredamos gestos de un abuelo, la sonrisa de una madre, incluso como ocurre en mi marido el dedo gordo del pie de su padre. Pero también heredamos propiedades.

Las herencias por fallecimiento no siempre llevan aparejado un testamento donde se explica quiénes son los herederos y quienes no, o qué hereda cada uno, a veces, las menos, son intestadas (sin testamento) y siguen las normas legalmente establecidas.

Voy a referirme a las primeras, a las que tienen testamento. La Sra. L me plantea un problema en la familia, a medio incluso largo plazo de difícil solución y es que sus hijos no tienen demasiada buena relación. La Sra. L me viene a ver para realizar su testamento, su temor es que, la casa que ha sido desde años punto de encuentro familiar de toda la estirpe, cuando la Sra. L falte se venda por parte de cualquiera de sus hijos.

La solución para conservar la casa es hacer un fideicomiso. De esta manera la casa pasará de hijos a nietos, y mediante el fideicomiso los herederos no podrán disponer de la casa, pasando esta de hijos a nietos.

No por testar morirás antes, de hecho vivirás más tranquilo ;)