14 de febrero … San Valentín, el santo que casaba a los jóvenes de escondidas.
14 de febrero, martes del 2023 ... La contra de La Vanguardia: “Firmé el divorcio con burka, así no tenía que ver a Pedro J.” nos dice Ágatha Ruiz de la Prada.
Y es que querer no es fácil, pero dejar de querer tampoco.
Me pregunto muchas veces si sabemos querer. Es elemental que haya respeto, educación, escucha (si puede ser activa mejor), cariño, solidaridad, incluso caridad, no descubro nada nuevo. ¿Pero tengo que escuchar y aconsejar siempre a mi pareja, debo ser el comodín de mi pareja si no puede cumplir con la logística pactada, renuncio a las amigas que no le caen bien, los planes tienen que ser siempre juntos, tenemos que esforzarnos en las aficiones del otro, incluso …dormir juntos?
La pareja ideal no existe, ni nosotros somos ideales para nadie.
Ideal podría ser dejar ser o dejar seguir siendo. Que te quiera, cómo quiera, quiérele como tú quieras.
Se me escapa cómo se quieren las personas, llegan al despacho cuando ya han dejado de quererse, o por lo menos una de ellas ha dejado de querer a la otra. Y es que dejar de querer es una tarea ardua. Y de eso sí que podría hablaros un rato…. Las negociaciones o incluso discusiones desde la consciencia del haberse querido sería un buen principio para dejarse de querer bien. Y bien significa reconocer el papel de cada uno durante la vida de pareja, valorar la posición de cada uno como consecuencia de esa vida de pareja, bien significa compromiso y responsabilidad en los acuerdos que se alcancen, entre otros, respecto a la implicación emocional, logística y material de los hijos comunes. Son recurrentes las llamadas post sentencia de divorcio en que una de las partes únicamente alimenta en sentido amplio a los hijos, es decir, “paga” pero no cubre los mínimos para la creación de vínculo, para el acompañamiento emocional de los hijos.
Y querer así a los hijos tampoco es querer bien.