“Extraescolar Obsession”
La jornada laboral de los hijos supera a menudo la jornada laboral de sus progenitores.
Damos por hecho que: 1) van al colegio y 2) deben realizan tantas “extra escolares”, como días tenga la semana. Mientras padre y madre son pareja, poco o nada se plantea sobre la idoneidad de las mismas, pero cuando hay ruptura, mira por dónde, empiezan a salir los peros.
Cuestiones económicas aparte, y al hilo de la reflexión, la jornada continúa el fin de semana: ¡el partido! (que no partidazo, que no final de Champions, que no partido de liga NBA, que no final Roland Garros…).¿Importante? Sí, por supuesto, genera muchos inputs positivos para los jóvenes: autoestima, cultura del esfuerzo, superación, sentimiento de equipo, etc.
Pero no olvidemos que los progenitores no juegan el partido, los progenitores no entrenan, los progenitores no realizan jornadas laborales de vértigo para exigirles en fin de semana que den lo máximo, que no fallen, que marquen y que, en definitiva, los hijos consigan ganar (ganar un partido de liga de las 30.000 ligas que hay). Y es que sus sueños fustrados se proyectan muchas veces a base de presión hacia el hijo/a.
¿Por qué no dejamos que los niños hagan deporte sin más? Y también que vean, sientan, hagan muchas otras actividades de otra índole?
(extraescolar | Definición | Diccionario de la lengua española | RAE 1. adj. Dicho de una actividad educativa : Que se realiza fuera del centro de enseñanza o en horario distinto al lectivo ).